El castillo de Nagoya fue el centro desde donde la ciudad se desarrolló en sus inicios. Fue completado originalmente en el año 1615 por órdenes del shogun Tokugawa Ieyasu, el fundador del clan que gobernó Japón exitosamente por más de 250 años. Unas de las notas particulares de este castillo son los sachihoko dorados, imágenes de animales imaginarios mital tigre y mitad carpa que están cubiertos con oro de kilates. Cada uno mide aproximadamente 2.3 metros y pesan 1 tonelada.
El Hommaru, recién reconstruido, es una maravilla que corona la visita. Se trata del palacio en donde el gobernante de la ciudad y dueño de castillo vivía, y en donde el shogun pernoctaba en sus visitas a Nagoya. Su elegancia y simplicidad son impresionantes.
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