Subir a un tren sin conductor que se eleva a más de 14 metros de altura por arriba de uno o dos pisos de autopistas, cruzar un puente colgante de acero de más de 800 metros y llegar a una isla artificial con decenas de edificios, centros comerciales, oficinas, robots gigantes y parques temáticos parece algo del futuro. Odaiba お台場 es un lugar que parece salido del futuro. Caminar por sus anchas calles es como ser parte de una maqueta.
En Odaiba se puede pasar todo el día sin aburrirse, y hay atractivos para todas las edades. Los más pequeños no querrán salir de Legoland, Joypolis o el museo de ciencias emergentes Miraikan; los amantes de los coches disfrutarán Megaweb, el showroom y agencia de Toyota más grande de Japón. Los viciosos de las compras no se acabarán Venus Fort, Aqua City, Diver City y los demás malls; y todos se maravillarán en el Mori Digital Art Museum, el primer museo digital (pero no el único) de Japón.
Y al final, los paisajes de la bahía al atardecer dejarán la boca abierta desde los miradores de Aqua City, el 360 grados de Fuji TV o la enorme rueda de la fortuna de Palette Town.
Todo esto en una isla artificial ganada al mar. No hay manera de aburrirse en Odaiba.